domingo, 12 de junio de 2011

DECLARACIÓN DE DIFERENCIA (Fernando Pessoa)

Las cosas del estado y de la ciudad no ejercen poder sobre nosotros. Nada nos importa que los ministros y los áulicos hagan falsa gerencia de las cosas de la nación. Todo esto sucede allá fuera, como el barro en los días de lluvia. Nada tenemos que ver con eso que tenga al mismo tiempo que ver con nosotros. De modo semejante, no nos interesan las grandes convulsiones, como la guerra y las crisis de los países. Mientras no entran en nuestra casa, nada nos importa a qué puertas llaman. Esto, que parece que se apoya en un gran desprecio por los demás, en realidad sólo tiene por base nuestro aprecio escéptico de nosotros mismos. No somos bondadosos ni caritativos —no porque seamos lo contrario, sino porque no somos ni una cosa ni la otra. La bondad es la delicadeza de las almas groseras. Tiene para nosotros el interés de un episodio sucedido en otras almas, y con otras formas de pensar. Observamos, y no aprobamos ni dejamos de aprobar. Nuestro oficio es no ser nada.

[...]

Cap. 33, Libro del desasosiego, Fernando Pessoa (¿1914?)

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